Pérgamo estaba situada en el noroeste de la actual Turquía, cerca del mar Egeo y frente a la isla de Lesbos. Era una ciudad mítica, que según la leyenda, fue fundada por personajes de la Guerra de Troya; después dependió de Ciro II y tras la conquista de Alejandro Magno, fue gobernada por Barsine, viuda de un comandante persa de Rodas. Después fue gobernada por Filetero, un macedonio que había servido a las órdenes del general de Alejandro Magno, Antígono Monóftalmos; Lisímaco, dueño de Tracia y Asia Menor, le nombra comandante de la zona de Pérgamo y le hace responsable del tesoro real que se guarda en la acrópolis. Nunca fue nombrado rey pero es el comienzo de una dinastía que acaba en el 129 a.C. con el rey Eumenes III.La fortaleza estaba construida en la parte más alta, dominando el valle del río Selinus. La cima es una plataforma ligeramente inclinada hacia el oeste y que baja hacia el sur a modo de terrazas. Los arquitectos supieron dar forma a esa estructura siguiendo fórmulas tradicionales e incorporando una novedad en la historia de la arquitectura y del urbanismo griego, la integración del paisaje en la composición arquitectónica. Se trata de una idea totalmente nueva y diferente del sistema de construcción de una ciudad griega anterior a esa época.
Por tanto quedó configurada en tres cotas superpuestas: La Ciudad baja, hoy enterrada y cubierta por la actual ciudad de Bergama. La ciudad media, que conserva las antiguas murallas de Átalo I y entre los edificios más notables se hallaban los gimnasios, construidos en tres terrazas y el santuario de Deméter, mandado edificar por Filatero. Y por fin, la ciudad alta, la acrópolis, aquella que guardaba Filatero por orden de Lisímaco. Obviamente tenía la designación de ciudad religiosa, residencial y militar. Toda ella estaba construida en torno al teatro, tras el cual se hallaban el santuario de Atenea Nikéforos, la que conduce a la victoria, en orden dórico y la biblioteca. La ciudad de Pérgamo estaba consagrada a Atenea, a imitación de las ciudades griegas importantes. Al norte estaba el palacio real, muy simple, acompañado de un cuartel y un arsenal. Al sur se alzaba el gran altar de Zeus, dominando a su vez el ágora.
En Pérgamo la calle se hace ancha y mucho más larga que en las ciudades tradicionales griegas y, lo mismo que los edificios, se integra ella también no sólo con el paisaje sino con las construcciones. De esta manera, las columnatas que rodean las terrazas se repiten y se alargan por las calles principales interrumpidas de vez en cuando con puertas, arcos de triunfo, columnas con personajes, etc. Los reyes atálidos quisieron convertir Pérgamo en una ciudad de la categoría de Atenas en tiempos de Pericles y supieron conseguirlo.
Eumenes II Soter, que reinó entre el 197 y el 159 a.C., para celebrar sus victorias sobre los gálatas y formar parte de la propaganda del estado, manda construir este gran altar a Zeus. Una vez más arte y poder se daban la mano. El gran Altar de Pérgamo es una de más importantes obras de arte realizadas por el ser humano, forma parte del saber y del pensamiento helenístico y está considerada una de las maravillas de la antigüedad.
El tema elegido fue la Gigantomaquia, la gran lucha entre dioses y gigantes